lunes, 11 de octubre de 2010

ALGUNOS TESTIMONIOS REALES DE PERSONAS QUE TOMAN: 4LIFE TRANSFER FACTOR (PARTE 1)


Viola Rindells (artritis):

Tengo casi 77 años de edad. En 1.995 me empezó la artritis reumatoide. Poco después, me fui a vivir a Inglaterra por 18 meses. Inglaterra es fría y húmeda. Para cuando regrese me encontraba realmente mal. Fui a un reumatólogo y me dió una opción de tres drogas de prescripción. Seguí probando diversas cosas, incluyendo cuanquier cosa que fuera natural.

Hace dos años me dieron Transfer Factor. Dos meses después, de repente, me sentí mejor. Pensé, "¡Vaya, estoy caminando bien!" No podía creerlo. Muy pronto también pude correr. Antes de tomar Transfer Factor ni siquiera podía subir y bajar las escaleras. Tenía que dar un paso a la vez y subir tirando del pasamano. Lloraba, porque era tan maravilloso estar libre de todo ese dolor y sufrimiento. Me siento realmente bien y puedo superar a todos los cincuentones que conozco. Transfer Factor ha hecho maravillas por mí.


Angelia Howard (Genéticamente, yo era una bomba de tiempo):

A la edad de 12 años, perdí a mi madre por el cáncer. Después, perdí a mi tía por la misma clase de cáncer. Yo, genéticamente, era definitivamente una bomba de tiempo.

Toda mi vida he tenido mucho miedo de que algún día pudiera tener cáncer.

Mis peores temores se hicieron realidad hace tres años. De repente, mi estómago comenzó a crecer. Yo creía que estaba embarazada; pero pronto supe la terrible noticia; tenía un tumor de ovario que medía unas 9 o 10 pulgadas (23 a 25cm) de diámetro. Mis médicos me urgían que me hiciera cirugía. Yo estaba espantada por saber que mi madre recibió el mejor tratamiento médico a su disposición y además tomaba un montón de hierbas y otros nutrientes y , aún así, ella murió.

Una vez que los médicos me extrajeron el tumor, me pusieron en radioterapia. Entonces mi padre me dió Transfer Factor. Soporté la quimioterapia bastante bien. Los médicos estaban sorprendidos, me dijeron que mi sistema inmunitario era muy fuerte. Hoy, estoy viva y sana, y le doy gracias a Dios.

El Vigía de la Salud, 2003, Vol. 8, Nº 2, p. 1-2.

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